Sylvain Martel, un científico canadiense, ha diseñado un dispositivo que utiliza bacterias flageladas vivas para realizar trabajo, por ejemplo mover un objeto.... Increible.
Su invento –un pequeño robot capaz de mover objetos a nanoescala- incluye una célula solar, un circuito destinado a las comunicaciones y un sensor. Este sensor se encarga de “leer” el pH del medio sobre el que se encuentra el dispositivo y el circuito de comunicaciones lo transmite de forma inalámbrica a un ordenador. Allí, un programa desarrollado especialmente genera los campos magnéticos necesarios para obligar al motor del robot a “empujar” en una u otra dirección. Lo más interesante de todo el proyecto es que ese motor es un enjambre de 3000 bacterias vivas que, como si fuesen caballos microscópicos, mueven la carga.
Visto en Neoteo.
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